¿Qué hace a un candidato valioso para una empresa? Pues eso depende de muchas variables: de la actividad de la empresa, del puesto que tiene disponible, de las condiciones del candidato, su formación, experiencia, actitud. Pero hay algo que es común a todas las empresas que tienen en marcha un proceso de selección. Sea un puesto de directivo, de técnico o de peón. Sea para el sector industrial o para unos grandes almacenes. Todos esperan que la persona que han contactado, a la que van a dedicar media hora de un tiempo valioso y medido hasta el último segundo, les seduzca.
En el mundo del marketing decimos que a todos nos gusta comprar, pero a nadie le gusta que le vendan. En términos de búsqueda de empleo vendría a ser, todas las empresas con procesos de selección abiertos quieren contratar. Pero quieren estar seguras de que contratan a la persona adecuada, con el perfil idóneo para el puesto en cuestión. Damos por hecho que tú eres esa persona. Y también que tienes claras las claves para definir tu storytelling personal.
Pero ¿cómo lo cuentas para que sea todo lo persuasivo, seductor y convincente posible?
Por un lado tenemos que estructurar el mensaje y para ello nos tenemos que ir aproximadamente 2000 años atrás, a un día caluroso de verano, en el que Aristóteles, filósofo, maestro, escritor, redactaba sus notas para dar clase a sus alumnos en el Liceo, la escuela fundada por él en Atenas.
En ellas recogía los fundamentos de su Retórica, la obra que trata sobre el arte de hablar en público y de convencer. Dicho tratado no es sólo el mayor y más importante estudio sobre el tema, sino que la claridad y sencillez con la que Aristóteles describe los principios de un discurso persuasivo siguen vigentes y tan actuales como el primer día.
¿Cuáles son esos principios?
Aristóteles dice que el arte de persuadir, de convencer, se articula en base a tres componentes esenciales:
El primero es el Ethos
Equivaldría a la credibilidad, a la confianza que inspiras para que quien te está escuchando te crea y crea en lo que estás contando. Es la combinación de aptitud profesional y actitud personal.
En la búsqueda de empleo el Ethos y en el caso por ejemplo de un técnico, serían tus conocimientos como experto en tu campo de trabajo. Tus casos de éxito, si has participado en algún proyecto, si has publicado artículos especializados, es decir, todo aquello que soporta y refuerza el hecho de que sabes de lo que estás hablando.
Si hablamos de un puesto que requiere menor formación, el Ethos estaría más vinculado a tus actitudes personales: capacidad de aprendizaje, disposición, trabajo en equipo, honestidad, lealtad. Aquellas condiciones que hacen de ti un persona valiosa y digna de confianza.
El segundo componente es el Logos
Es toda aquella información que tiene que ver con la lógica y el razonamiento. Para una persona que está en un proceso de selección encontrar su logos equivale a hacerse la pregunta de ¿qué gana la empresa contratándome a mí? ¿Cómo va a cambiar la vida de la empresa o el departamento, una vez forme parte de su equipo?
En el caso del técnico, el Logos se compone de todas las ventajas que supone contar con una persona de su formación y experiencia, el apoyo que supone para su departamento y los objetivos que con su trabajo se podrían alcanzar. En el caso de un puesto de producción, cómo una persona con su actitud puede beneficiar el día a día en el equipo y cómo su cualidades pueden apoyar la rapidez y y eficacia en los procesos.
El tercer elemento indispensable es el Pathos
O lo que es lo mismo, la emoción. Y aquí es donde entra en juego tu storytelling personal. Esa historia que has trabajado y que va a ser la responsable de enamorar, de crear un vínculo de empatía con la persona que te está escuchando.
Y si la estructura es importante, el lenguaje a utilizar no lo es menos. Porque ante todo, debemos pensar que la persona que tenemos enfrente quiere que le hablemos en su mismo “idioma”. ¿A qué nos referimos con idioma? Obviamente más allá de la lengua que hablemos, necesitamos conocer y respetar el lenguaje propio de la empresa en la que queremos trabajar. Si es una empresa de moda, tendremos que saber del universo fashion
del momento y que las palabras “it girl”, “tank top” y “tote bag” no nos suenen a chino.
De hecho, un buen truco para reforzar nuestro Ethos, es dejar caer de cuando en cuando alguna palabreja típica del argot utilizado en el puesto de trabajo al que estemos aplicando.
Eso te generará confianza y favorecerá el acercamiento con la persona que tienes enfrente. Si sabes lo que decir, cómo decirlo y las palabras adecuadas para expresarlo, tu mensaje será convincente y sólido y te diferenciarás del resto de candidatos.
Así que, ¿te animas a poner en marcha tu poder de persuasión?
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