Últimamente en los círculos del business y el marketing, storytelling es una palabra que resuena con frecuencia. Algunos la identifican como una herramienta estratégica milagrosa.
Otros como la panacea para atraer clientes. Pero lo cierto es que en muchos casos nadie sabe muy bien de qué está hablando.
El storytelling es la ciencia y el arte de contar historias. Y aunque se haya puesto de moda
ahora, lo cierto es que es algo inherente al ser humano desde el principio de los tiempos.
Contar historias ha servido a la humanidad para muchas cosas: para crear comunidad,
para transmitir conocimiento, para entretener. Pero sobre todo nos ha servido para darle
un sentido a todo aquello que nos rodea, a una realidad caótica y en muchos casos
inexplicable. Y también para entendernos a nosotros mismos.
Porque, si no sabemos quiénes somos, si no entendemos nuestros deseos, nuestras
ambiciones, nuestros sueños, ¿cómo podremos alcanzarlos?
Encontrar la propia historia, asumirla, entenderla, es indispensable para poder marcarnos
objetivos en la vida.
Y para ello necesitamos saber nuestras capacidades, nuestras virtudes y defectos y hasta
donde podemos llegar. Aquello que nos hace únicos, que nos hace diferentes, es la
materia que debemos utilizar para construir nuestra historia. Porque no lo dudes ni un
segundo. Tú también tienes la tuya.
¿Cómo encontrarla?
El primer paso es ser consciente de que tú eres el protagonista de tu historia. Nadie más.
Tú eres el héroe. Muchas veces, cuando estamos buscando empleo, cambiamos el relato y
colocamos en el papel del héroe al trabajo soñado, a la empresa a la que queremos aplicar
o incluso a la persona que nos hace la entrevista. Pero entonces estamos contando otra
historia, la historia de los demás, no la nuestra. En este camino el protagonista eres tú.
El segundo paso es saber identificar tu objetivo, aquello para lo que estás luchando, tu final
feliz. Y a menudo, cuando nos hacemos esta pregunta, nos encontramos con un problema:
y es que nuestro final feliz no es el objetivo de nuestra lucha. A veces, ese final feliz, ese
puesto de trabajo que queremos conseguir, es tan sólo el premio de consolación con el
que nos conformamos. Esa sigue sin ser tu historia porque ese no es tu final. Debemos ser
conscientes de cuál es realmente nuestro objetivo. Sólo así, seremos capaces de ir
superando las etapas necesarias para alcanzarlo.
El tercer paso es diseñar el camino, desde donde estás, hasta tu final feliz. Y averiguar con
qué problemas te enfrentarás, qué dificultades vas a encontrar que te impiden alcanzar
ese final. Porque los hay, seguro. Todos los héroes se encuentran con un villano con el que
tienen que luchar, con una montaña que deben escalar o un turbulento mar que tienen
que cruzar. Conocer esas dificultades y conocer tus límites, nos capacitará para asumir si
podremos superarlas.
El cuarto paso es descubrir cual es tu arma secreta, aquello que te hace invencible. O lo
que es lo mismo, lo que te hace especial y te diferencia del resto de candidatos. Aquello
que te va a ayudar a esquivar los problemas y a superar las dificultades. Porque de la
misma forma que hay que saber aceptar los límites, también hay que saber valorar los
poderes. Porque los tienes, sin duda. Y no me refiero a volar, a ser mega fuerte o a lanzar
rayos con los ojos. Me refiero al talento, a aquello que naturalmente se te da bien. Puede
ser dibujar, cantar, desmontar un motor y volver a montarlo con todas sus piezas y que
funcione o contar chistes. Mimar ese poder, potenciarlo, cuidarlo y darle valor, es nuestra
obligación como héroes.
Y por último, describe lo que significa para ti alcanzar ese “felices para siempre” que te
mereces, que te has ganado porque has luchado por él, has peleado por él y has hecho
todo lo posible por conseguirlo. A veces invertimos tanto tiempo, tanto esfuerzo en la
lucha, que cuando alcanzamos el objetivo, o ha perdido su sentido, o ya no tiene el valor
que le dimos en un principio. Por eso es fundamental desde el inicio saber qué significa
para ti poder llegar a tu final feliz, recordarlo y una vez llegues, que lo harás, saber que
todo, las entrevistas, los nervios, lo que has invertido en tu formación, todo, valió la pena.
Teniendo claros esos cinco pasos, tendrás clara la estructura de tu historia. Y cuando
llegues a esa entrevista y te digan, “háblanos de ti, cuéntanos quien eres”. Sabrás
responder seguro y sin dudas.
Aquí tienes el post del programa para que puedas escuchar las explicaciones de Sandra.
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