El despertador somos una entidad que acompañamos a las personas y organizaciones en procesos de aprendizaje y de gestión del cambio, motivando su autoliderazgo, a través del autoconocimiento, la orientación, la gestión emocional y el desarrollo competencial.
La intención de las reflexiones que hacemos es que puedan servir para la persona que nos comparte su inquietud, pero también para otras personas que puedan estar ahora mismo escuchando.
En el programa de Interconexiona del lunes pasado recibimos la consulta de una oyente que nos comentaba sus dificultades a la hora de afrontar un cambio laboral, después de muchos años en letargo a nivel profesional y personal. Había priorizado otros aspectos, como la estabilidad familiar y la crianza de sus hijos. Y no sabía cómo afrontar este cambio, cómo ponerse en valor y poderlo reflejar en su currículum, que siente que ha quedado “obsoleto”.
Antes que nada, nos gustaría felicitarla por estas ganas de seguir creciendo, por este inconformismo sano. Lo transmite en su energía. Está despierta y con ganas de vivir, y esto ya es algo muy importante a tener en cuenta. Un motor de transformación que si lo alimentamos día a día realmente no se va a frenar.
La otra cosa, en este sentido, que de entrada apreciamos, es que el cambio ya ha empezado, desde el momento en que se lo permite y lo manifiesta, desde el momento en que quiere darse el permiso de sentirse más realizada y más viva. Que haya empezado, sin embargo, no quiere decir que mañana ya esté todo hecho. Incluso si se diera, sería un cambio aparente, y no la transformación que busca.
Es algo más profundo este cambio, es una transformación que le puede llevar a muchos más lugares, no sólo en oportunidades profesionales, sino en todos los ámbitos. Sólo hace falta darse el permiso para sentir esa llama, para cogerla y apoderarse de ella. Y no tener prisa. No por correr más llegaremos más lejos. La prisa no permite avanzar, porque no respeta las etapas del proceso.
Ahora manifiesta que quiere “volver a ser ella misma”. No es sólo una reactualización de currículum, antes viene una reactualización de este espacio y permiso para ser, soñar, valorarse.
El currículum es y será un reflejo de este proceso. Por supuesto es obsoleto porque vamos cambiando con los años, pero no sólo por lo que vivimos, también por lo que queremos, soñamos o necesitamos.
Somos la suma de saberes, que van evolucionando: el saber en cuanto conocimiento (nuestra formación va creciendo con los años), el saber hacer (en cuanto a experiencias acumuladas) y el saber estar (en cuanto actitudes, valores y competencias).
Yo añadiría otro, muy importante para cualquier cambio profesional y personal, para esta transformación de la que hablamos: el SABER SOÑAR. Si me lo permito y lo riego cada día puede llevarme a lugares insospechados de realización. Pero para ello es importante que me permita avanzar paso a paso, de manera ecológica y orgánica.
Antes que hablar de currículums, entrevistas, etc. es fundamental conectar con dónde quiero estar, qué quiero conseguir, etc.
Volviendo al currículum, por tanto, la primera pregunta sería en clave de saber soñar: ¿Qué me apetece? ¿Hacia dónde me gustaría enfocar mi proyecto profesional y personal? ¿Con qué competencias, recursos, experiencias y formaciones cuento? ¿Cuáles me gustaría desarrollar más?
Una vez me he dado el permiso para soñar y haya visto posibilidades reales de lugares posibles, ocupaciones concretas y puertas que me gustaría llamar; es importante también hacer el análisis de dónde puedo encajar mejor. En relación a mi realidad, a mi motivación y a mis competencias. ¿Dónde puedo dar mi mejor versión?
El currículum es una herramienta que me permite contar lo mejor de mí. No es una finalidad. Es como si fueran titulares de unas noticias, las mías, las que considero las más destacadas para el trabajo que opto y quiero. O una carta de amor, porque quiero enamorar yo con él. Para ello es fundamental empezar con que a mí me interese la historia y lo que quiero contar. Empezar enamorándome de mí, para después poder enamorar a otros. ¿Qué quiero contar de mí? ¿Dónde lo quiero llevar? Depende de dónde vaya y lo que quiera contar, haré un tipo de currículum u otro.
Y por último… En el caso concreto de ella le recomendaríamos que buscara por YouTube el Vídeo “Ser madre es un plus”, seguro que la va a inspirar. ¿Lo habéis visto? En él precisamente vemos una actualización del currículum en clave de Saberes, poniendo en valor los últimos años: la crianza de sus hijos le reportó poner en práctica y desarrollar muchas competencias que precisamente encajan con el perfil profesional del lugar donde quiere trabajar…
Seguro que tenemos mucho que contar, pero antes es fundamental que nos demos el espacio y el permiso para CELEBRARNOS. Valorar quien soy, mis logros, lo conseguido y lo que quiero; hace crecer mi valor, mi autoconfianza y mi abundancia para ofrecerme en el mercado, para ofrecer mi mejor versión en un proceso de selección, en un trabajo, y para atreverme a soñar e ir a por todas.
Por tanto, la invitamos a celebrar sus logros, los grandes y pequeños. De todos los ámbitos. Así seguro que también puede tomar conciencia de competencias que ha usado para conseguirlos.
Esperamos que le hayan podido servir estas miradas que hemos ofrecido. A ella y a otras personas que están en procesos de cambio.
Hasta la próxima.
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