Te propongo una cosa… Que bajes el volumen por un momento, que nos detengamos sin prisa y practiquemos el silencio. Conseguirlo no es tarea fácil, no estamos entrenados para esto. En este mundo veloz y exigente donde damos respuestas ya, inmediatas, casi automáticas. Te propongo viajar juntos por el territorio de la pregunta.
Tenemos tiempo, no tenemos expectativas. No hay respuestas correctas o incorrectas: todas las auténticas, las que salen de ti, son válidas. Es un camino sencillo, que acoge lo esencial. Más que hacer o decir, se trata de escuchar, de preguntarte sin agobios. De atender qué revelan de ti tus vivencias.
En tu mejor recuerdo de las últimas semanas, ¿qué música te acompañaba?
Situaciones en que todo funciona, donde mi relato interno encaja y el entorno baila a mi son. Pero, como sabemos, no siempre es así. Hay también tantas otras donde no somos precisamente nuestros mejores aliados. Para darle la vuelta, lo primero es preguntarnos qué necesitamos.
Cuando vivimos experiencias que no nos gustan, es entonces cuando más urge ocuparnos de nosotros. Y digo ocuparnos, porque pre-ocuparnos no mejora el presente, por tanto no es útil, no sirve. Es el embudo, el bucle, que nos engulle con su ruido.
Sólo yo puedo darme lo que necesito. Respiro, y ahora sí, estoy listo para cambiar el tono de mi melodía. Los nudos sin posible solución quedan atrás. Ya no hay espacio para la queja ni los porqués que nos desgastan y distraen para seguir avanzando.
Una vez he podido, ¿qué me impide poder una siguiente vez? Y otra, y otra… Los antiguos problemas se transforman en retos, oportunidades para crecer. Empiezo a reconocerme aliado.
Aprendiendo me redescubro, desafío lo que creo que soy para encontrar algo que intuyo o deseo. Me doy permiso para equivocarme, a la vez que acepto mis dudas, mis inseguridades y mis temores. Valiente no es el que no tiene miedo, sino el que se atreve a abrazarlo.
¿Qué quieres que suene en tu radio los próximos meses?
Está en tus manos escoger la música que mejor te acompañe en las diferentes situaciones. Con el coaching te proponemos disfrutar de la vida, saborear cada día con sus encuentros y desencuentros.
Con el coaching te acompañamos a navegar por el cambio sintonizando con la versión que eres hoy, la que está sonando en cada momento dentro de ti, para disfrutar de tu mejor música
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