Es un placer saludaros y poder compartir con vosotros algunas reflexiones. Afortunadamente estamos superando una pandemia que ha sido muy larga y nos ha sometido a situaciones de estrés y ansiedad. Desde este punto de vista, la línea de pensamiento es muy importante. Esta etapa, para muchos, ha supuesto, a través de las actitudes mentales, una modificación de nuestro comportamiento que manifestamos ante la vida, y quizás también ciertos pensamientos que nos han llevado a un estado de malestar.
Cuando cambiamos los pensamientos, tenemos una nueva visión de la vida y una nueva visión de nosotros mismos, cambian nuestras redes neuronales a través de las conexiones entre las neuronas, por tanto, aquello en lo que nos centramos se hace más fuerte.
Hay actitudes de pensamiento que no nos llevan a ninguna parte, el desorden y el caos que tenemos en nuestra vida, con multitud de actividades donde no tenemos un por qué definido de cosas que hacemos.
El orden y el sentido, la proporción, la simetría en los asuntos de nuestra vida son yo diría que imprescindibles, empezando por el orden material en nuestras casas, colegios u oficinas.
La crítica
Es algo a lo que quiero que prestemos atención, es otra actitud que no nos hace crecer. Yo puedo hacer una crítica de esto me gusta o no me gusta, estoy eligiendo con calma, elegancia, pero estamos permanentemente criticando, haga lo que haga el jefe todo está mal, es la necesidad de poner un “pero” a mi jefe, a mi pareja, a mi entrenador. Todos estos procesos hacen que liberemos una serie de neurotransmisores que no nos benefician.
La tibieza
Personas que no se mojan, todo está tibio, no se involucran en la vida, no se involucran en nada. Personas que les preguntan ¿ qué te parece esto? Responden bien, les planteas lo contrario y también está bien. Y te dicen, “no, es que no quiero conflictos” No se tienden a comprometer.
El catastrofismo
Que va unido a la crítica, por ejemplo, vamos de vacaciones y el hotel o el apartamento no es como esperábamos y hace que nos amargue cualquier momento y hace que un episodio que pueda ser agradable, tiñamos todo de gris. Es una actitud bastante negativa para nosotros.
A esto añado el “me duele todo”. Qué mal estoy, me duele aquí, qué sueño tengo, me duele un dedo, qué cansado estoy… A veces recurrimos a este tipo de expresiones, en vez de decir, qué bien estoy después de haber estado 3 horas haciendo una ruta por la montaña. Parece que nos produce malestar estar bien. A veces observo personas que se saludan y entran en la competición de a ver quién está peor.
Todos en algún momento hemos pasado por alguna de estas situaciones
Frente a esto, tenemos las actitudes positivas, el punto de vista optimista donde muchas personas a pesar de la adversidad, se muestran bien, se muestran enteras, con su identidad intacta, saben quiénes son a pesar de lo que les sucede, siguen mostrando sus virtudes y hacen cosas para revertir una actitud que les es desagradable, se aceptan, se conocen.
La gente aprendemos lo que vemos, más que lo que escuchamos. Por tanto, la coherencia que es un triángulo que está formado por tu pensamiento, tu palabra y tu acción y en el corazón de ese triángulo está lo que sientes, si entre todo eso hay una sintonía podemos decir que hay coherencia. Hay que pensar lo que uno hace, hacer lo que uno dice y decir lo que uno piensa. A partir de aquí surgen ejemplos de vida, personas que arrastran y motivan a otros a hacer cosas.
¿Con qué estás decidiendo en tu vida?
Es muy importante tener consideración con todas las personas. A veces actuamos mal con unos, porque no hemos aceptado que otros nos trataron mal a nosotros. He visto un ejemplo de un jefe donde trataba de una manera extraña a un miembro de su equipo y este a su vez trataba a miembros de su equipo de esa misma manera extraña… Recogemos los frutos que hemos plantado, es una cadena, rompe la cadena.
Otra actitud positiva es satisfacer, satisfacer en un trabajo, en una relación. A veces muchos cumplimos tareas, pero no damos un valor a lo que estamos haciendo. Esa necesidad de reconocimiento que tenemos, si empleamos frases amistosas, frases que hagan participe al otro, fijaros la diferencia entre “ven a mi despacho que tenemos que hablar” a un “buenos días, qué tal estás, cómo te ha ido el fin de semana”
Podemos cambiar las actitudes, empezando por ti, haciendo que tu ambiente sea más agradable, valorando lo que tenemos, céntrate en lo positivo, supera lo que te duele
Ponle entusiasmo a las cosas, saca la luz que llevas dentro, piensa qué le das a la vida
Después de esta pandemia, hemos de cuidar el lenguaje, generar ambientes positivos, afirmar de las cosas en positivo, agradecer, porque a pesar de la hostilidad de determinados elementos agresores, de una crisis, pero puedes sacar tu fortaleza, coge lo mejor de ti y transforma todos esos elementos agresores.
Ese entusiasmo lo puedes trabajar desde ahora. Sé flexible, relájate y disfruta. Piensa en que tienes un verano por delante, piensa en la cantidad de cosas que te gustaría hacer, no te compares.
Te animo a que practiques las actitudes positivas y a que trabajes en todo aquello negativo en los focos desde ahora.
- Ahora te toca ser feliz. Actitudes exitosas - 17 junio 2021
- Quiero pero no puedo: Aprende a construir estrategias para lograr tus objetivos - 3 junio 2021