En algunas formaciones sobre empleabilidad he insistido en el hecho de cambiar el chip mental cuando vamos a una entrevista de trabajo.
El nombre ‘entrevista’ por sí mismo podría sugerir que va a ser algo parecido a un interrogatorio donde vamos como las víctimas a esperar piedad y ver si los que nos interrogan muestran compasión y nos dan el trabajo.
Suele suceder porque, en momentos de desempleo, nos vemos como las víctimas, las pobres almas desvalidas que necesitan ayuda. El mundo es un lugar oscuro y tenebroso donde hay una tragedia esperándonos a cada vuelta de esquina.
Yo no digo que, a nivel emocional, el estar desempleado no vaya a ser complicado. ¡Lo es y mucho! La duda y la incertidumbre vienen a ser difíciles de manejar y se tornan angustiantes con cada factura o recibo que llega y debemos cancelar.
Un nuevo enfoque
El cambio de chip al que hacía mención líneas atrás puede ayudarnos en esa situación. La entrevista no tiene que ser necesariamente un interrogatorio donde vamos de víctimas, sino más bien una oportunidad de exhibir nuestras capacidades y de esta forma tornar la entrevista en una conversación donde podamos ofrecernos como solución al problema que tiene la empresa, en forma de vacante disponible.
Para ello, hay cuatro elementos que necesitamos desarrollar de previo a la entrevista:
- Liderazgo: si no mejorás tu influencia, es muy probable que vayás a la entrevista de trabajo en el papel de víctima. Así será muy difícil conversar, escuchar y proponer ya que estaremos todo el tiempo cuidándonos de no ‘meter la pata’, de hablar poco y rogar porque nos den el trabajo. Asumiendo un rol de liderazgo, podrás ir a conversar a la entrevista con confianza en tus capacidades y, eventualmente, también medir si realmente estarás a gusto trabajando en ese lugar.
- Aportar valor: la entrevista de trabajo es una oportunidad única de entrar por la puerta grande a una organización. O, al menos, apuntar a ella. Es la oportunidad de empezar a aportar valor y mostrarte como una solución a las necesidades de la empresa, con nuevas ideas, nueva actitud y el deseo de aprender y dar lo mejor.
- Ir actualizado: estamos claros en que muchas cosas se hacen ya de forma diferente a como se hacían hace un año, ¿cierto? Ser un profesional actualizado implica que somos nosotros quienes también tenemos cuota de responsabilidad en conocer nuevos modelos y formas de trabajo y su posible aplicación en una empresa. Ser proactivos en nuestra empleabilidad es parte importante del cambio de chip mental y de ir preparados a una entrevista.
- Compromiso: aunque estemos bien preparados técnica y mentalmente para un nuevo trabajo, no podemos obviar el hecho de que nos enfrentaremos a la normal incertidumbre de una nueva aventura. Por eso es importante estar comprometidos, no solo con la empresa que nos va a contratar –tema de un artículo completo-, sino con nosotros mismos: vamos a buscar el gane, vamos apegados a nuestros valores y confiando en nuestras competencias y capacidades, siempre creyendo en nosotros mismos.
La búsqueda de trabajo debe ser nuestro trabajo, por ello hay que hacerla con estrategia, un chip mental nuevo y siempre en modo ganador.
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