Culturas y conversaciones
Los estudiosos definen como cultura organizacional al conjunto de valores y normas que moldean el día a día y en base a los cuales se dan los eventos de una empresa. Se relacionan con la estructura, con los métodos de trabajo y claramente las relaciones entre los integrantes. La cultura es única en cada empresa y hace única a cada empresa también.
Por ello, siempre es importante estar pendiente de la cultura, aspecto que solemos dejar de lado por estar sumergidos en las actividades cotidianas. Nos ocupamos del árbol y dejamos de ver el bosque. Y dentro de ello, es vital atender las conversaciones que se dan en la organización, ya que ellas afectan directamente la cultura, para bien y para mal.
Las conversaciones son poderosas. Definen relaciones, permiten intercambiar información, aconsejar, negociar, animar, reestructurar, fijar nuevos rumbos y líneas de acción, comunicar, etc. Pueden construir una organización o rescatarla de lo profundo de un abismo.
Interpretando nuestra realidad
Nuestra cultura organizacional dicta como interpretamos la realidad. Los hechos son neutros y ocurren, pero el ambiente en que ocurren influye en como reaccionamos a ellos. Un balance financiero que arroja números rojos podría hacer perder la cabeza a una persona en un ambiente tóxico de desconfianza y control, mientras que a otra persona en un ambiente de creatividad y energía le diría que es necesario elevar la iniciativa.
La suma de esas interpretaciones de la realidad que adoptamos y se adhieren a nuestro actuar dentro de la empresa son determinadas y van cimentando día a día la cultura. Así que el reto del liderazgo va por cambiar esa forma de interpretar la realidad.
Pasar de pensamientos del tipo “no hay forma de sacar adelante esta empresa” a pensamientos como “está difícil pero con el esfuerzo de todos lo lograremos” es una tarea que no se completa de la noche a la mañana, pero que con esfuerzo, comunicación y ejemplo se puede completar.
Desarrollar una nueva cultura a partir de las conversaciones
Ya mencionamos que las conversaciones son poderosas. A partir de ellas hay múltiples opciones y oportunidades de desarrollar una nueva cultura en la organización de forma que crezca la empresa y crezcan también quienes son parte de ella.
Hay varias formas de utilizar las conversaciones de forma constructiva. Comparto tres:
1.- Volver a etiquetar los eventos:
No vamos a quitarle hierro a una situación de apremio, pero no se trata de que los eventos sean o no lapidarios. Son eventos simplemente, puede haber vida más allá de ellos.
2.- Reformular nuestra perspectiva:
En toda situación apremiante hay una oportunidad. ¿Logramos verla? Si no es así, es que no estamos enfocándonos de la mejor manera a fin de ponerle fin y que no sea el evento quien nos ponga fin a nosotros.
3.- Reenfocar la atención y mensajes de los líderes:
No podría ser de otra forma. Esto es un pendiente más del liderazgo de la organización. Vez tras vez, comunicamos y sobrecomunicamos mensajes precisos, que traigan luz sobre la situación, que orienten y que sean optimistas en la búsqueda de soluciones.
Es posible cambiar la cultura organizacional de una empresa a partir de las conversaciones. Y el proceso puede iniciar perfectamente cambiando el anticuado discurso de “acá siempre las cosas han sido así”. Así que, ¡manos y conversaciones a la obra!
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