Ahora más que nunca somos orientadores que ven claras sus limitaciones. Ahora más que nunca, muchos nos damos cuenta de que ningún bien se hizo cuando pretendimos “ayudar” a personas a “pasar” sin las nuevas tecnologías. Ahora más que nunca nos damos cuenta de que ni nosotr@s mismos conocemos las tecnologías tan bien como pensábamos.
De hecho, en lugar de haber estado explorando o de que se nos haya facilitado el acceso a las formaciones que nos sean realmente útiles en nuestro trabajo, y no hablo de conocer todas las redes sino de conocer cómo adaptarlas a nuestro trabajo como orientadores que es muy diferente, nos han formado para procesos, gestión y poco más. Cómo usar herramientas específicas que pueden facilitarles la vida a muchas personas y permitirles otras opciones de comunicación, que nos pueden facilitar nuestro día a día, no ahora que estamos en una situación crítica, sino durante el día a día anterior, que no va a volver a ser igual y que tendremos que explorar, con nuestras carencias, con lo que hay en el mercado.
Y no, no sabemos.
¿Cómo lo adaptamos? ¿Qué hacemos con todo lo que se nos ha venido encima sin esperarlo? ¿Qué va a venir después de esto si la situación ya era complicada para muchos antes?
En esta cuarentena has aprendido mil formas de reunirte a través de internet, has aprendido cómo se hacen webinars, los has visto proliferar. Sobre todas las temáticas. Habrás visto, como yo, desde los webinars que no te han aportado ningún contenido, a personas que de repente aparecen y hablan como eruditas sobre temas de empleo que ni sabías que existían antes de todo esto… Personas que ni usaban redes sociales parece que han descubierto 4 cursos online después, cómo sacarle partido a todo.
Yo quería ser informática. Y siempre lo explico. Tengo una facilidad por la tecnología que no es habitual en los orientadores y creo, que, ahora más que nunca, es imprescindible que aprendamos unos de otros, que compartamos, que pongamos en común nuestras experiencias, lo que nos estamos encontrando en el camino, las dificultades, para conseguir crear herramientas que realmente cubran mejor nuestras necesidades. Pero también os digo que no cae del cielo el aprendizaje de estas herramientas. Hay que invertir tiempo en ellas y explorar, detectar lo que no nos convence y comentarlo para buscar la mejor manera de adaptar.
En eso estoy. Momento de escuchar, de detectar necesidades, de mirar en qué momento estamos, qué necesitamos y plantearse qué nos vamos a encontrar. Qué vamos a explicar después de esto, qué se va a encontrar la gente en el “nuevo” mercado laboral que aparecerá después de esta crisis.
Ahora más que nunca, para mí, es vital compartir, sin egoísmo, para aprender de tod@s y cada uno de los orientadores, de cada una de las personas que buscan empleo y de sus necesidades. Ahora más que nunca.
¿Te apuntas a compartir? Te lo explico en este vídeo.
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Me apunto!!
Y sí! se pueden hacer las cosas de manera distinta!
Aún confio en la orientación y en el ser humano como transformador de realidades.
Gracias por tu iniciativa.
Muchas gracias a ti Teresa!
Hace mucho tiempo que necesitamos un cambio, cada uno intenta aportar desde donde puede o sabe, ahora lo que nos falta es juntarnos para que la aportación sea lo mejor de tod@s nosotr@s (que no es «moco de pavo») y que también nos toca modernizarnos en muchas cosas y correr al ritmo del mercado de vértigo!
Un placer compartir contigo y te espero en la transformación para andar juntas el camino 😉
Gracias de nuevo a ti, siempre es un placer saber que somos más 🙂
Mireia.
Excelente idea !